Los niños que sufren DCI tienen mayor riesgo de mortalidad, de padecer enfermedades, de tener dificultades de aprendizaje y de no desarrollar plenamente su capacidad intelectual y sus aptitudes sociales. Por lo cual su rendimiento en la escuela y en el colegio también podría ser deficiente, lo que podría llevarlos a abandonar su escolaridad prematuramente o a tardar más años de lo normal en completar un ciclo.